Los Dones Del Espíritu Santo parte 1
A. DESCRIPCIÓN
DE LOS DONES
El gran
avivamiento espiritual que está barriendo al mundo en este tiempo a menudo ha
sido llamado el “Avivamiento Carismático”. Esta frase ha sido empleada para
describir un aspecto extremadamente importante de este avivamiento. Los Dones
(en griego = carismas) del Espíritu fueron restaurados y puestos en la Iglesia.
Éstos producen las manifestaciones sobrenaturales que fueron poderosamente
obvias en la Iglesia del Nuevo Testamento.
Estas
manifestaciones o Dones del Espíritu habían estado ausentes de la Iglesia por
muchos siglos. Durante los últimos cincuenta años, Dios ha estado restaurando
tales dones y Su programa de restauración ha ido en continua aceleración
durante los pasados veinte años.
La Renovación
Carismática ha penetrado en cada parte de la Iglesia cristiana, trayendo nueva
vida y poder al Cuerpo de Cristo. La restauración de esas bendiciones crea una
gran necesidad para la enseñanza sobre estos temas importantes.
Pablo le
escribió a la iglesia local de Corinto: “No quiero, hermanos, que ignoréis acerca de
los dones espirituales” (1 Co 12:1). Ciertamente que Dios no desea
que los creyentes de hoy sean ignorantes al respecto.
1. Categorías De Los Dones
La Biblia
menciona muchos dones carismáticos. Las áreas principales de referencia son:
Romanos 12:3-8; 1 Corintios 12:8-10, 28-30; Efesios 4:11. Nos limitaremos a la
consideración de las nueve manifestaciones enumeradas en 1 Corintios 12:8-10
para el propósito de este breve estudio.
Para
simplificar nuestro estudio de ellos, los clasificaremos en tres categorías:
a.
Dones Del Habla
1) Lenguas
2) Interpretación de
lenguas
3) Profecía
b.
Dones De Revelación
1) Palabra de
Ciencia
2) Palabra de
Conocimiento
3) Discernimiento de
Espíritus
c.
Dones De Habilidad
1) Dones de Fe
2) Dones de
Sanidades
3) Operación de
Milagros
2. ¿A quién usará el Espíritu para
operar esos dones?
a.
Cualquier Miembro Del Cuerpo puede
ser usado (1 Co 12:7, 11; 12:26, 31). Ningún miembro deberá ser escaso en algún
don (1 Co 1:7).
b.
Debemos Estar Llenos Con El Espíritu
(Ef 5:18).
c.
Debemos Sentir El Deseo De Ser Usados
de esa manera (1 Co 12:31).
d.
No Debemos Ser Ignorantes Tocante A Los
Dones Espirituales (1 Co 12:1).
e.
Debemos Desear Los Dones (1 Co
14:1-6).
f.
Debemos Ser Motivados Por El Amor
Genuino hacia el Cuerpo (1 Co 13) y un deseo puro por edificar al Cuerpo (1
Co 14:12).
g.
Debemos Procurar Abundar en la
operación de los Dones (1 Co 14:12).
B. LOS DONES
DEL HABLA
1. EL DON DE LENGUAS (1Co 12:10)
a. Dos Funciones. Esta manifestación tiene
dos funciones:
Primera, como “lenguas devocionales”, cuyo propósito es
edificar a la persona que las usa, debe ser en privado.
Segunda, como el Don de Lenguas, el cual, usado en
conjunción con la Interpretación de Lenguas, es para la edificación de toda la
Iglesia, al igual que el entendimiento de la persona.
b. Pautas para
el uso de lenguas en una asamblea pública:
1)
Su uso debe ser motivado por
amor 1Co 13:1
2)
Deberá ser acompañado de una
interpretación (1 Co 14:5, 13, 28).
3)
Deberá ser limitado a tres
declaraciones por persona en una congregación grande (1 Co 14:27).
Cualquier
creyente que haya hablado en lenguas, es capaz de edificar a la Iglesia por
medio de hablar en lenguas. Por lo tanto, deberá estar preparado para hacerlo
en cualquier momento.
Procure estar
sujeto al Espíritu. Manténgase reposado en su mente y disponible para que lo
use el Espíritu Santo. Desarrolle sensibilidad a lo que el Espíritu desee hacer
o decir en cualquier servicio particular.
Cuando el
Espíritu Santo quiera traer un mensaje a través de su persona, por lo general
usted percibirá una conciencia interior de ello por algún momento antes de que
pueda expresarlo. A menudo, es una excitación apacible en su espíritu, una
conmoción creciente y anticipada. Ésta, evoluciona hasta una intensa conciencia
de que el Espíritu le va a dar palabras para hablar en el servicio y de que esa
manifestación está en su interior.
No tiene que
hablar inmediatamente. El espíritu en el interior del profeta está sujeto al
(control de) profeta (1 Co 14:32). Usted puede esperar reposadamente por el
momento apropiado para hablar. El Espíritu Santo le inspirará a hacerlo con
claridad en ese momento. Él no interrumpirá lo que ya está ocurriendo en el
servicio. Él nunca causará confusión, pues no es el autor de confusión (1Co
14:33).
Permanezca
calmado y reposado; cuando el Espíritu le inspire, hable con voz normal, pero
claramente audible. No tiene que gritar. Puede hacerlo normalmente, a paso
medido para seguir la fluidez del Espíritu, quien es el que le otorga las
palabras. Cuando el mensaje es concluido, deberá esperar en Dios para la
interpretación. Ore para que usted mismo sea el intérprete (1 Co 14:13).
Ocasionalmente,
algún otro creyente dará la interpretación. Pero cuando esto no ocurra,
entonces, el que habló en lenguas deberá permanecer en silencio y no volver a
hablar si nadie dio la interpretación de su mensaje (1 Co 14:1-33).
2. LA INTERPRETACIÓN DE LENGUAS (1 Co
12:10)
Este es el
don compañero al de hablar en Lenguas y siempre es usado en conjunción con tal
don. Es la capacitación sobrenatural por el Espíritu Santo para interpretar
lenguas desconocidas a la lengua conocida de la congregación. No es el don de
traducción. El intérprete no entiende la lengua empleada en la articulación
dada.
La
interpretación es tan sobrenatural como la articulación. No obstante, por medio
de este Don del Espíritu somos capacitados para exponer a la congregación el
significado de lo que se dijo en lengua desconocida. De esa manera, la
congregación puede ser edificada al recibir la interpretación en su propio
idioma.
a. ¿Quién Puede Usar Este Don? La
interpretación de lenguas es dada “como el Espíritu quiere” (1 Co
12:11). Cualquier creyente lleno del Espíritu puede ser escogido y ungido por
éste para manifestar el don de lenguas. La siguiente escritura es para todo
creyente que hable en lenguas: “Por lo cual, el que habla en lengua extraña, pida en oración poder
interpretarla” (1 Co 14:13). Nuevamente, en este punto, debemos
procurar desarrollar la sensibilidad del Espíritu Santo.
Mientras está
adorando a Dios en una congregación de creyentes, mantenga alertas la mente y
el espíritu ante el movimiento del Espíritu. Muchas veces percibirá, cuando
alguien hable en lenguas, que Dios le dará la interpretación del mensaje.
Cuando esa
persona hable en lenguas, espere reposadamente hasta que concluya. Cuando usted
comience a hablar, puede que sólo reciba la primera oración de la
interpretación y una breve idea de lo que sigue. Así como los demás Dones del
Espíritu, éste también opera por fe.
A medida que inicie la declaración de lo que el
Espíritu le dé que hable, hágalo de manera natural, clara, y con voz audible.
Tenga cuidado de usarlo “conforme a la medida de la fe” (Ro 12:6).
Evite la
infiltración de cualquier pensamiento personal, sentimientos o ideas dentro de
la interpretación. Deje que sus propios pensamientos estén neutrales, y su
mente será un canal claro para que el Espíritu Santo fluya a través de ella.
Cuando la interpretación sea concluida y perciba que el Espíritu haya terminado
todo lo que desee decir, deténgase. No procure comenzar a explicar a la
congregación lo que usted “cree” que significa la interpretación. Déjele tal
cosa a ellos, permitiendo que el Espíritu aplique la exhortación o consuelo
otorgado a ellos mismos.
Una vez haya
entregado la interpretación, guarde silencio mientras la articulación es
juzgada por los que están presentes. Si hay creyentes presentes que son
regularmente usados en los dones vocales, ellos podrán evaluar las palabras
para ver si en verdad son de Dios (1 Co 14:29).
La norma por
medio de la cual uno puede juzgar es similar a la que utilizaríamos para juzgar
la profecía, que es la próxima manifestación que consideraremos.
3. EL DON DE PROFECÍA (1 Co 12:10)
Traducido
simplemente, el término profecía significa “articular palabras inspiradas”.
Según 1 Corintios 14:31, todos los creyentes pueden ejercer este don en algún
momento dado como el Espíritu lo desee. Todos pueden profetizar uno por uno, y
no más de tres veces en cada culto o servicio donde haya creyentes con el don y
estén esperando ejercerlo (1 Co 14:29-33).
a. Su
Propósito. El propósito de una
articulación profética tal, es:
1) Edificar. Fortalecer o afirmar a los
creyentes.
2)
Exhortar. Entusiasmar; confrontarlos
y retarlos.
3)
Consolar. Hablar palabras de ánimo
y consuelo.
Muchas
veces una profecía podría incluir estos tres elementos expuestos anteriormente.
b. Tres Malos Entendidos Acerca De La
Profecía:
1) No Deberá Confundirse Con La Predicación. Hoy en día muchas personas insisten
en que el Don de Profecía es la habilidad para predicar bien. No obstante, la
predicación y enseñanza son usualmente el resultado de la meditación suplicante
(que se hace en oración) en la Palabra de Dios. Un predicador, por medio de
preparar su mente y espíritu con diligencia, puede ministrar palabras
entendibles a la audiencia. En contraste, el Don de Profecía no es el resultado
de un estudio diligente; por el contrario, es una articulación espontánea
hablada sin premeditación y por inspiración del Espíritu.
2) El
Don De Profecía No Es Para Presagiar El Futuro. Este don es más bien para
“articular” que para presagiar. Su propósito es para la edificación
(fortificación), exhortación (animar) y consolación (dar aliento), y no para
procurar la predicción de eventos futuros (lea 1 Co 14:3).
Cada
vez que haya un elemento de predicción dentro de una profecía, por lo regular
se debe a que hay otro don (Palabra de Conocimiento o Sabiduría) operando en
conjunción con éste.
3)
Este Don No Es Para Dirección Personal.
Si estamos en necesidad de dirección personal, debemos pedirla a Jesús (Stg
1:5).
Es
vital que sigamos tal dirección en las páginas de la Palabra de Dios, la
Biblia. Si una articulación profética viene sobre nosotros con instrucciones
para el futuro, sólo deberá ser para confirmar lo que Dios ya nos ha mostrado
personalmente.
c. Enseñanza De Bíblica Sobre El Don De
Profecía:
1) La
Profecía Es Para Hablar Sobrenaturalmente A Los Hombres (1 Co 14:3). Ésta, comunica la mente del Señor a
la Iglesia. El profeta está hablando, por Dios, a los creyentes, para su
edificación, exhortación y consuelo.
2) La
Profecía No Requiere Interpretación. El Don de Lenguas requiere un intérprete; no así la
profecía.
3) La
Profecía Convence Al Indocto (1 Co 14:15, 16). El incrédulo, a través del Don de Profecía, será:
·
Convencido de todos
·
Juzgado de todos
·
Los secretos de su corazón serán manifiestos
·
Se postrará de rodillas ante Dios
·
Sabrá que
Dios está realmente en medio de los creyentes
·
Adorará a Dios
4) La
Profecía Opera De Manera Tal Para Que Los Creyentes Aprendan (1 Co 14:31).
Esto no se refiere
a la enseñanza que normalmente viene de la exposición de la Palabra de Dios a
través del ministerio del maestro. Por el contrario, es aprender de las
verdades espirituales a través de la unción del Espíritu. Tales enseñanzas
deben ser probadas por la Palabra de Dios escrita antes de que sea ingerida.
Este versículo también significa que aquéllos que han venido nuevos a la fe de
Cristo, pueden aprender a cómo utilizar el Don de Profecía. Deberá haber
reuniones de aprendices, así como las había en las “escuelas de los profetas”
en el Antiguo Testamento.
5)
Cada Uno Deberá Desear Y Codiciar Este
Don (1 Co 14:1, 39). Por tales medios podemos ser usados de Dios para el
estímulo de su pueblo.
6) La
Persona Operando El Don Es Responsable De Su Uso O Abuso (1Co 14:32). La profecía no es una articulación sin control.
Tampoco el profeta está bajo cualquier trance o control mental. Él no está
haciendo ni diciendo algo sea contra su voluntad. El Don de Profecía está
sujeto al profeta. Es él quien habla en lugar de Dios; el profeta está en
control de la articulación o de lo que va a decir siempre.
7)
Debido A Que Quienes Profetizan Pueden
Cometer Errores, La Profecía Tiene Que Ser Juzgada (1 Co 14:29; lea Dt 18:20-22; Jer 14:14, 15; 23:30).
8)
Pautas Para Juzgar Una Profecía:
a) Éstas,
Nunca Deberán Contradecir La Palabra De Dios Escrita. Por
consiguiente, cada articulación profética debe ser “probada” por la Palabra de
Dios. Dios nunca le dirá que haga algo en profecía que esté prohibido en Su
Palabra.
b) Ésta,
Siempre Deberá Exaltar A Jesucristo Y Nunca Denigrarlo.
c) Deberá
Edificar, Exhortar Y Consolar A Los Creyentes. Nunca deberá dejarlos
confusos, inseguros, acongojados.
d) Deberá
“Dar Testimonio De La Verdad” Entre La Mayoría De Los Creyentes Presentes,
especialmente los más maduros, quienes frecuentemente son los más utilizados
para vocalizar o articular los Dones.
e) Nunca
Deberá Interrumpir El Espíritu De Servicio, Aunque Puede Cambiar Su Curso.
f) Si
Predice Que Algo Ha De Suceder, Tal Evento Deberá Ocurrir.
g) Deberá
Pasar El Examen O “Prueba Del Fruto” (Mt 7:16). Hablando de los
falsos profetas, Jesús declaró: “Por
sus frutos los conoceréis”.
Debemos proteger al rebaño de cualquier profecía articulada por alguien
cuya vida y testimonio sea un reproche a la causa de Cristo.
9) Cómo
Profetizar.
Manténgase reposado. No esté bajo ninguna clase de tensión. Espere
tranquilamente en el Señor en su Espíritu. Mantenga su mente abierta a Su voz.
Cuando sienta el impulso del Espíritu dentro de su espíritu, entréguese a Dios
como un canal para que fluya a través de él. Recuerde que el Don opera por fe.
Comience a hablar cualquier cosa que Dios le impulse. Mantenga el mensaje
sencillo y claro. Mientras está hablando, espere silenciosamente en Él para el
resto del mensaje. No profetice más allá de la proporción de su fe (Ro 12:6).
Discierna cuando el Espíritu haya concluido y, luego, deténgase.