Enfermedades: Su Origen y Causas
Gerald Rowlands está capacitado para escribir
sobre sanidad, pues el Señor lo ha usado extensivamente en este ministerio
alrededor del mundo. Hace alrededor de cinco años, el Señor le visitó y le dijo
que se fuera a África. Poco después de llegar a África, Gerald y sus
colaboradores comenzaron a realizar campañas evangelísticas al aire libre.
Poderosos milagros de sanidad divina comenzaron a tomar lugar. Los cojos
anduvieron, los ciegos recibieron la vista y los pobres escucharon el Evangelio
como en los tiempos bíblicos.
Usted también
puede entrar en tan glorioso ministerio si le pide al Señor su poderoso
bautismo con el Espíritu Santo, hasta que le llene totalmente. También podrá
imponer sus manos sobre los enfermos y sanarán, si tiene fe y cree en la
Palabra de Dios.
El ministerio
de sanidad es una parte esencial del Evangelio del Reino. La gran verdad de que
Dios es un Dios sanador, aparece como un hilo escarlata de promesas a través de
toda la Biblia. Tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, testifican la
provisión de Dios para la sanidad de la humanidad. Una extensa porción del
ministerio terrenal de Jesucristo estuvo relacionada con proporcionar sanidad
física a los enfermos y afligidos. La historia de la Iglesia primitiva está
llena de relatos de grandes sanidades y milagros realizados en el Nombre de
Jesús. Sólo en la Época del Oscurantismo, cuando la Iglesia cayó en la
apostasía, esa gran corriente de sanidad se redujo casi a la nada.
La Reforma,
hace unos 500 años, restauró la verdad perdida en la Iglesia. Una de las
grandes verdades que el Espíritu restauró fue la de la sanidad divina. Los
cristianos están descubriendo la realidad del poder sanador de Dios por todo el
mundo.
Este mensaje
está dedicado a todo ministro cristiano. Nuestra oración es que éste inspire a
todos lo que lo lean para que busquen ardientemente un ministerio de sanidad de
parte de Dios. No pretende debatir el asunto de la sanidad con aquellos que
quieran disputar su validez; tampoco tiene la intención de agotar este
importante tema. Es sólo un sincero esfuerzo de ayudar a las personas que
todavía no han presenciado el poder sanador de Dios en sus ministerios.
Cuando lo lea, ojalá el Espíritu Santo acreciente
su comprensión y fe para recibir el poder sanador de Dios en beneficio de la
humanidad sufrida. Si la inspiración e instrucción que recibe, tiene como
resultado la sanidad de alguna persona, entonces, habrá valido la pena.
¡Levántese! ¡Reclame su herencia! Deje que Dios descargue Su poder sobrenatural
a través de su persona para sanar a otros.
A. ¿DÓNDE TUVO SU
ORIGEN LA ENFERMEDAD?
1. Adán Fue Creado Perfecto
Espiritualmente
Adán y Eva
fueron creados sin pecado, sin culpa e inocentes. Creados a la imagen y
semejanza de Dios (Gn 1:26), disfrutaban
de Su incomparable comunión. Eran completamente inocentes y libres de
toda sensación de inmoralidad; disfrutaban de paz y armonía interna.
Desconocían lo que era el temor. Tampoco eran atormentados por las inhibiciones
o complejos. No estaban cohibidos por algún sentimiento perjudicial o nocivo.
Estaban desnudos, pero no se avergonzaban de estarlo. Todos estos factores
contribuyeron a su condición de disfrutar de una salud perfecta.
Acabados de
salir de la mano del Creador, eran seres perfectos espiritual, física, mental y
emocionalmente. Eran un producto espléndido del genio creativo de Dios, hechos
a Su imagen y semejanza (Gn 1:26).
2. Fue Creado Psicológica Y Emocionalmente Perfecto
Dios
encomendó a Adán la tarea de poner nombre a todos los animales de la creación
(Gn 2:19, 20). También le otorgó la responsabilidad de gobernar y ejercer
dominio. La impresión general que se desprende de esto, es que Adán era
psicológicamente competente y merecía su respeto y estima. No hay ninguna
prueba de indisposición emocional hasta el momento en que conocieron su pecado.
En ese momento, sus corazones se llenaron de temor y se escondieron (Gn
3:7-10).
3. Fue Creado Físicamente Perfecto
Dios diseñó y
creó personalmente cada detalle del cuerpo de Adán... El contempló toda Su
creación y vio que todo era bueno (Gn 1:31). Años más tarde, el Rey David habló
para todos nosotros cuando dijo que el hombre era “formidable y maravilloso”
(Sal 139:14).
4. La Perfección Del Hombre En Su
Aspecto Total
Dios siempre ha estado interesado en el hombre en
todos los aspectos. Nos creó perfectos. Su poder salvador en Cristo Jesús tiene
importancia vital para el hombre como un todo. A medida que este mensaje se
desarrolle, podremos ver que el poder sanador de Dios está vitalmente arraigado
en su interés hacia el “Hombre Total”.
5. ¿Qué Salió Mal?
Hubo un
momento en la historia en la que el hombre se situó al borde de la tragedia. Un
simple acto de desobediencia sumergió a toda la raza humana en un profundo y
oscuro precipicio, apartándole de la presencia de Dios.
La pareja
original tenía acceso a todo árbol frutal y hierba en el Edén. La única
excepción era el árbol de la ciencia del bien y del mal. Dios dijo Gn 2:16, 17.
Dios les advirtió
que si alguna vez le desobedecían, morirían espiritualmente. Como resultado
directo de aquella muerte espiritual, también morirían físicamente. Lo que les
dijo literalmente fue: “Al morir moriréis”. Al morir espiritualmente, la
ley de la muerte se activa en nuestro interior, y moriremos físicamente. La
muerte física es el resultado directo de la transgresión espiritual que causó
la expulsión de Adán y Eva de la presencia del Señor. Una vez echados de Su
presencia, que era su fuente de vida, la ley del pecado y de la muerte comenzó
a actuar en su interior. Entonces, se inició un proceso de deterioro. Éste
jamás habría venido sobre la humanidad si Adán hubiera mantenido las relaciones
correctas con Dios. Este proceso de deterioro es denominado enfermedad y vejez.
Ha afligido al hombre desde la tragedia del Edén.
Este simple acto de desobediencia
introdujo en el mundo todo elemento negativo que maldice hoy a la humanidad
espiritual, sicológica y físicamente. Esta es la fuente de:
·
ENFERMEDAD, DESORDEN, INHABILIDAD, DESASTRE,
CANSANCIO, DISCORDIA, DESÁNIMO, ANGUSTIA, DESARMONÍA, DISOLUCIÓN
Todas
las actitudes y emociones negativas, nocivas a la buena salud, emergen de la
desobediencia. Se conocen por el nombre de “emociones catabólicas”, que
destruyen la salud.
6. La Tragedia
Espiritual De La Caída
El
hombre perdió su inocencia y, en lugar de ella, heredó culpa y condenación.
Perdió además la preciosa comunión con su Creador. Fue echado fuera de la
presencia divina para el resto de sus días. Perdió la vida eterna
espiritualmente, es decir, su conciencia divina. Perdió su señorío, que
dependía del hecho de haber sido creado a Su imagen y semejanza. El hombre era
el representante de Dios en la Creación. Desde entonces, ha tratado de
reconquistar su señorío sobre ésta. Perdió la imagen y semejanza de Dios. Todos
los descendientes de Adán deberían haber heredado Su semejanza, pero en su
lugar, heredaron la semejanza de Adán como humanidad caída (Gn 5:3).
7. La Tragedia Psicológica De La Caída
El hombre
perdió su perfección intelectual. Se esfuerza por recobrar el conocimiento que
le otorgue la posibilidad de dominar. La verdad depende de la relación correcta
que se mantenga con Dios, porque Él es el autor de ésta. El hombre perdió la
plenitud emocional. La humanidad nunca ha vuelto a ser libre de la pena, el
sufrimiento y la angustia desde la caída (Gn 3:15-19).
El hombre perdió su libertad psicológica y se
vendió al diablo. Éste vino a ser el dios de todo el mundo (2 Co 4:4). Adán
hipotecó todos los derechos y privilegios que Dios le otorgó. Desde entonces,
la humanidad ha sido presa del diablo y sus huestes demoniacas.
8. La Tragedia Física De La Caída. Gn 3:17-19.
La humanidad
heredó una tierra maldita con la que tendría que luchar para ganarse la vida
con el sudor de su frente. Se multiplicaron las espinas y los cardos, haciendo
su labor más difícil. Fue lanzado fuera de la presencia de Dios y del árbol de
la vida. Estaba condenado a muerte. “Al polvo volverás.” Con respecto a
Eva, ella también heredó un dolor particular que pasaría a las mujeres de todas
las generaciones. Esto incluía tristezas, dolores al dar a luz sus hijos y
sujeción a la autoridad de su marido. El hombre perdió su salud y heredó las
enfermedades.
La calamidad
actual que aflige a toda la humanidad, tuvo su origen en la tragedia que
ocurrió en el Edén. El pecado entró al mundo entonces. Con el pecado vino la
enfermedad. La muerte es el resultado final de la enfermedad desenfrenada. Si
Adán no hubiera pecado, la humanidad nunca habría experimentado el sufrimiento
y la enfermedad. Él escogió comer del Árbol de la Ciencia del bien y del mal.
Así que, toda enfermedad proviene indirectamente de Satanás. Dios no es el
autor de la enfermedad. Ahora discutiremos las diversas maneras por las cuales
nos enfermamos.
B. ¿POR QUÉ SE
ENFERMA LA GENTE?
Permítame
resumir algunas de las causas que producen la enfermedad y el sufrimiento.
Las enfermedades entraron en el mundo cuando
Adán Cayó. Éstas, son parte de la maldición que vino sobre la humanidad
como resultado directo de la desobediencia. Por consiguiente, directa o
indirectamente, el pecado es la raíz que causa toda enfermedad. Estas son parte
de la “paga del pecado” (Ro 6:23). El dolor sugiere falta de bienestar y
falta de paz. Éste fue el estado mental y emocional de Adán después de su
transgresión. El peso de la culpa, convicción, condenación y vergüenza que
heredó, le dejó accesible y vulnerable ante las enfermedades.
Tenemos
buenas razones para creer que hasta la Caída, aún no existían organismos
contagiosos, bacterias o gérmenes en el mundo. Al concluir Su obra creativa,
Dios vio que “todo era BUENO”. No se habría expresado de tal manera si
hubieran habido gérmenes de tuberculosis, de cáncer y bacterias que causaran
enfermedades. Estos terribles destructores aparecieron con la maldición que
vino sobre el hombre.
Causa #1: El
Pecado
Puesto que el pecado es básicamente el rechazo de la ley de Dios, el cual
nos separa de la vida que mana de Él, veremos que la separación es todavía la
causa principal de las enfermedades. Cuando el reino de Dios se manifieste y
toda rebelión sea derrotada, entonces, no habrá más enfermedades, penas, ni
muertes (Ap 21:4).
Causa #2: Los
Poderes Demoniacos
Los espíritus
del mal pueden a veces ser la causa directa de la enfermedad y aflicción. En
Mateo 9:32, 33 leemos la historia de un “hombre mudo poseído de un demonio”.
Cuando Jesús lanzó fuera el demonio mudo, el hombre habló inmediatamente. Sus
cuerdas vocales habían estado ligadas bajo la influencia del espíritu mudo.
Marcos 9:17-27 relata la historia de un joven que fue llevado ante Jesús con un
espíritu mudo (v 17). Éste hacía que fuera sordomudo. Jesús echó fuera el
espíritu sordomudo (v 25) y el joven fue liberado.
En Lucas
13:11-16 tenemos el relato de una mujer que “tenía un espíritu de enfermedad
por dieciocho años”.
Su espina
dorsal estaba encorvada y su rostro inclinado hacia el suelo. La medicina
moderna diría que padecía de una “curvatura crónica en la espina dorsal”. Jesús
la liberó de su aflicción. Su espina dorsal se enderezó al momento y comenzó a
glorificar a Dios por su sanidad.
Causa #3:
Deterioro De La Salud (descuido/imprudencia)
Tenemos
que afrontar el hecho de que nuestra salud puede sufrir si descuidamos varios
factores básicos relacionados con ésta y la vitalidad. Para estar sanos, es
necesario seguir una dieta equilibrada. Hay ciertos alimentos y vitaminas que
deberán incluirse en esa dieta regular. Las deficiencias y carencias en la
dieta producirán un colapso en nuestra salud. La falta de descanso y sueño
también afectará adversamente la condición de la salud. Esto puede suceder con
algunos ministros. Epafrodito (Fil 2:25-30) es un ejemplo clásico. Él estuvo al
borde de la muerte por el exceso de trabajo en el servicio del Señor y de Su
pueblo.
Causa #4: El
Envejecimiento Natural
Cuando una persona es joven, tiene la vitalidad
juvenil que caracteriza la buena salud. La Biblia habla del “Rocío de tu
juventud” (Sal 110:3). David también escribió: “De modo que te
rejuvenezcas como el águila” (Sal 103:5). Isaías clarifica que esto se
refiere a la renovación de las fuerzas de nuestra juventud (Is 40:31).
Jeremías nos
dice: “Bueno le es al hombre llevar el yugo desde su juventud” (Lm
3:27). La juventud es la etapa de la vida en la que se requiere trabajar más
arduamente. Ésta es la nata o flor de la vida y la cúspide de la fortaleza
física. Salomón describe explícitamente las limitaciones de la ancianidad y
urge a la juventud de la siguiente manera: “Acuérdate de tu Creador en los
días de tu juventud” (Ec 12:1-7). Ama a Dios y sírvele mientras todavía
tienes fuerzas y vitalidad para hacerlo.
Se
consideraba como algo extraordinario que Moisés aún tuviera una buena visión y
fortaleza física en sus años más avanzados (Dt 34:7). Lo más usual es que las
fuerzas físicas disminuyan y la vista se deteriore una vez que la flor de la
vida (la juventud) pasa. ¿Acaso significa esto que no podemos esperar disfrutar
de la buena salud y fortaleza física en los años avanzados? ¿Significa que no
podemos esperar sanidad física en los años de nuestra ancianidad? ¡Por supuesto
que no! Dios promete lo siguiente: “Y como tus días serán tus fuerzas” (Dt
33:25).
Creo que esto enseña que podemos esperar disfrutar
de buena salud a través de toda nuestra vida. He conocido muchos cristianos de
edad avanzada que han pensado que los síntomas de deterioro físico son una
indicación de que ya Dios no está interesado en ellos.
Algunas veces
se preocupan pensando que tal vez han cometido algún pecado y que su debilidad
corporal es Su juicio divino sobre ellos. Muy a menudo cristianos sinceros lo
creen y se colocan bajo condenación en este aspecto, sintiendo que deben haber
cometido algún pecado terrible e imperdonable. Una cosa que los ha ayudado
grandemente es la comprensión de que el deterioro físico en los años avanzados
es un proceso natural, el cual, afecta tanto a los cristianos como a los que no
lo son. Los años de la ancianidad tienen sus remuneraciones y no deberán ser
despreciados o tenidos en poco.
Causa #5: Los contagios (contaminación)
Vivimos
en un mundo caído y los virus y bacterias están en el aire. No estamos exentos
de contraer una enfermedad por causa de un contagio, de lo que se mueve en el
medio ambiente. De hecho, estamos expuestos a todo eso. Tal pudo ser la causa
de que Timoteo se enfermaba frecuentemente del estómago por la mala calidad del
agua de Europa (como lo es hasta el día de hoy) 1Ti 5:23
Causa #6: Enfermedades
hereditarias